El Jueves Santo comenzó pronto, con la salida de San Antón de la Cofradía de la Santísima Sangre de Cristo y María Santísima de la Salud, que realizó un saludo al Cristo en la Plaça de Baix. Por el camino encontraron a la cofradía de la Oración en el Huerto, que entró antes en la Plaza Mayor.
Las tres virtudes capitales se ven representadas en la Fe, Esperanza y Caridad. Los dos primeros forman parte de la Hermandad de Flagelación y Gloria y realizan el encuentro de la paz delante del Ayuntamiento, al son del Himno de la Ciudad. La última se pasea por las calles del Raval, pasa por la plaza mayor y vuelve a su barrio.
Tras ella, la noche se tiñe de luto y comienzan las estaciones de penitencia más sentidas en la ciudad. Miles y miles de personas acompañan al Cristo de la Misericordia en la procesión del silencio y al Cristo de Zalamea desde San José.
Desde la 1 de la madrugada se puede ver en la calle al Cristo de los Salesianos, al Cristo del Amor. Sorteando cables y palmas pasa por el Huerto de Manxón hasta llegar a El Salvador.
Cuando realiza su entrada, simplemente falta una hora para que aparezca en la calle el Santísimo Cristo de la Reconciliación, para realizar el Vía Crucis de la Semana Santa ilicitana, finalizando alrededor de las 8 de la mañana.
Fotos de Pedro José Díez